Ya hace una semana que nos despedíamos por segunda vez y la sensación es que cada día os echamos más de menos.
Quedamos con la familia y amigos para enseñarles vuestros vídeos y fotos, también hemos empezado a actualizar el libro de vida, necesitamos sentiros cerca y esta son algunas de las formulas que hemos encontrado.
No puedo dejar de pensaros ni durante la noche, ocupáis mis sueños y me encanta...
Pienso que ya nunca podremos evitar sonreír cuando veamos un tetrabrick de zumo y unas galletas de chocolate, ¡porque como os gustaron!. En el viaje de asignación no nos permitieron llevaros nada de comer, sin embargo en este si que pudimos. No puedo parar de ver ese vídeo donde Anna nos pide en un clarísimo español GALLETA y donde Vova disfruta de su zumo.
La próxima semana empieza Octubre, ¡por fin!, la jueza se incorpora tras las vacaciones y deseo que con ella vengan muy buenas noticias y podáis estar en casa muy muy pronto.
Estamos planeando muchas cosas para hacer los cuatro cuando lleguéis y tenemos ganas de pasar de los planes a la acción.
Es un blog personal donde cuento la experiencia de mi familia sobre la adopción en Rusia.
miércoles, 23 de septiembre de 2015
lunes, 21 de septiembre de 2015
El reencuentro
Aunque empecé el viaje con el firme propósito de escribir cada día, me ha sido imposible encontrar la calma necesaria para sentarme a escribir. Aun ahora, después de 3 días de la vuelta, tengo el nudo en el estomago, me cuesta centrarme y dejar de pensar cada segundo en nuestros niños.
Si el viaje de asignación fue maravilloso, no tengo palabras para describir este, no tiene precio cada abrazo, beso o sonrisa de nuestros niños.
Fue increíble como Anna entró en la sala que la esperábamos y nos recibió con un abrazo, por un momento pensamos que el tiempo que había transcurrido desde la última visita (más de un año y tres meses), sólo había sido una pesadilla. Nuestra princesa, nos recordaba y lo que era más increíble, estaba encantada de volver a vernos. A los pocos minutos nos trajeron a nuestro niño, nuestro pequeño Vova, que paso una mañana horrible, llorando en mis brazos y yo conteniendo las ganas de llorar con él. Es lógico, nuestro niño no nos recordaba, es pequeñito aún y mucho más tranquilo e introvertido que su hermana.
Estos días compartidos con nuestros hijos han sido maravillosos, nos hemos reído con las ocurrencias de Anna o con la tranquilidad de Vova, nos hemos emocionados cuando Anna nos llamaba papa y mama o cuando Vova se derretía con los besos que sus papas no se cansaban de darle, hemos sufrido con la despedida, pero algo nos dice que esta vez será para poco tiempo. Pero sobre todo, hemos aprendido a conocer mejor a nuestros hijos, a meditar sobre sus necesidades y sobre su adaptación. Aunque Anna esta deseando venir con nosotros, incluso ya le dice a sus compañeros de grupo que ella ya esta esperando, en el fondo dejará muchos años allí y nosotros intentaremos que recuerde a las personas que la cuidaron durante ese tiempo. Sabemos que a Vova al principio le costará más, tiene un vinculo muy fuerte con sus cuidadoras pero lo entendemos y estamos felices de que sea así. Tenemos todo el tiempo del mundo para demostrarte que puedes confiar en nosotros.
Este viaje ha dado para mucho, para compartir experiencias con otra familia a la que ya no olvidaremos. Para conocer a mamá Victoria, que nos llevaba cada día hasta la casa cuna, al supermercado, a la tienda de productos para bebes, y siempre con la mejor disposición y sonrisa. Para recibir los consejos de Elena, nuestra traductora, y hasta para hacer unas amigas en Chitá con las que compartimos una cena muy divertida y que nos mantendrán informados sobre la región de nuestros hijos, porque como ellas mismas nos dijeron, siempre llevaremos a Chitá en el corazón, pues este lugar nos ha ofrecido el mayor de los tesoros.
Hicimos esta foto siguiendo el ejemplo de Luis Miguel del blog "nuestra historia de adopción", así que gracias a él y a toda su familia también.
Si el viaje de asignación fue maravilloso, no tengo palabras para describir este, no tiene precio cada abrazo, beso o sonrisa de nuestros niños.
Fue increíble como Anna entró en la sala que la esperábamos y nos recibió con un abrazo, por un momento pensamos que el tiempo que había transcurrido desde la última visita (más de un año y tres meses), sólo había sido una pesadilla. Nuestra princesa, nos recordaba y lo que era más increíble, estaba encantada de volver a vernos. A los pocos minutos nos trajeron a nuestro niño, nuestro pequeño Vova, que paso una mañana horrible, llorando en mis brazos y yo conteniendo las ganas de llorar con él. Es lógico, nuestro niño no nos recordaba, es pequeñito aún y mucho más tranquilo e introvertido que su hermana.
Estos días compartidos con nuestros hijos han sido maravillosos, nos hemos reído con las ocurrencias de Anna o con la tranquilidad de Vova, nos hemos emocionados cuando Anna nos llamaba papa y mama o cuando Vova se derretía con los besos que sus papas no se cansaban de darle, hemos sufrido con la despedida, pero algo nos dice que esta vez será para poco tiempo. Pero sobre todo, hemos aprendido a conocer mejor a nuestros hijos, a meditar sobre sus necesidades y sobre su adaptación. Aunque Anna esta deseando venir con nosotros, incluso ya le dice a sus compañeros de grupo que ella ya esta esperando, en el fondo dejará muchos años allí y nosotros intentaremos que recuerde a las personas que la cuidaron durante ese tiempo. Sabemos que a Vova al principio le costará más, tiene un vinculo muy fuerte con sus cuidadoras pero lo entendemos y estamos felices de que sea así. Tenemos todo el tiempo del mundo para demostrarte que puedes confiar en nosotros.
Este viaje ha dado para mucho, para compartir experiencias con otra familia a la que ya no olvidaremos. Para conocer a mamá Victoria, que nos llevaba cada día hasta la casa cuna, al supermercado, a la tienda de productos para bebes, y siempre con la mejor disposición y sonrisa. Para recibir los consejos de Elena, nuestra traductora, y hasta para hacer unas amigas en Chitá con las que compartimos una cena muy divertida y que nos mantendrán informados sobre la región de nuestros hijos, porque como ellas mismas nos dijeron, siempre llevaremos a Chitá en el corazón, pues este lugar nos ha ofrecido el mayor de los tesoros.
jueves, 10 de septiembre de 2015
3, 2 y 1 Estamos con la cuenta atrás
El sábado emprenderemos nuestro segundo viaje a Chitá, la ciudad que nos robó el corazón en el mismo instante en que supimos que nuestros hijos vendrían de allí.
Ya está prácticamente todo preparado, simplemente cuadrarlo en la maleta, ¡que no es tarea fácil!.
Hace una semana enviamos a la ECAI otra cartita para que la enviarán a nuestros hijos, en ella le anunciábamos nuestra inminente visita ¡ojala la hayan recibido!
Mis problemas de sueño, se agudizan conforme se va acercando la fecha, me acuesto y despierto pensando en estos días que nos esperan y las ganas que tenemos de abrazarlos, jugar con ellos y explicarles (por supuesto con la ayuda de la traductora) que si Dios quiere muy pronto iremos a buscarles para que podamos vivir todos juntos.
Le llevamos el libro de vida que hicimos para pedir al personal de la casa cuna que nos dejen dejarlo allí y se lo enseñen cuando puedan.
Uff, me doy cuenta que hoy mi entrada está tan alterada como yo, pero es que no puedo concentrarme mucho a estas alturas.
Ayer recibimos otra gratísima noticia, de las mejores. Un amiguito de Anna vive en Huelva, a nada, a poco más de 1 hora de distancia. Su mamá contactó conmigo y me dijo que su pequeño le habla constantemente de Anna y que incluso a la casa cuna le llama la casita de Anna (menuda es nuestra chica). Tiene hasta una foto de ella para que él pueda verla. Ya hemos acordado que en cuanto nuestros pequeños estén adaptados quedaremos para que se vean. Que suerte que nuestros hijos puedan mantener amistades de Rusia.
Llevamos fotos de cuatro niños de la misma casa cuna que los nuestros y que ya están con sus familias en España. Nos encanta hacerlo, porque podrán comprobar tanto las cuidadoras como la directora que no se equivocaban apoyando la adopción por esos papas. Todas las fotos muestran que los pequeños rebozan felicidad. ¡Enhorabuena familias por hacerlo tan bien!!!
Intentaré ir escribiendo estos días, con el objeto de retener milimétricamente cada recuerdo y poder transmitir a nuestros hijos cual era nuestra euforia y toda la felicidad que ya nos dan.
Ya está prácticamente todo preparado, simplemente cuadrarlo en la maleta, ¡que no es tarea fácil!.
Hace una semana enviamos a la ECAI otra cartita para que la enviarán a nuestros hijos, en ella le anunciábamos nuestra inminente visita ¡ojala la hayan recibido!
Mis problemas de sueño, se agudizan conforme se va acercando la fecha, me acuesto y despierto pensando en estos días que nos esperan y las ganas que tenemos de abrazarlos, jugar con ellos y explicarles (por supuesto con la ayuda de la traductora) que si Dios quiere muy pronto iremos a buscarles para que podamos vivir todos juntos.
Le llevamos el libro de vida que hicimos para pedir al personal de la casa cuna que nos dejen dejarlo allí y se lo enseñen cuando puedan.
Uff, me doy cuenta que hoy mi entrada está tan alterada como yo, pero es que no puedo concentrarme mucho a estas alturas.
Ayer recibimos otra gratísima noticia, de las mejores. Un amiguito de Anna vive en Huelva, a nada, a poco más de 1 hora de distancia. Su mamá contactó conmigo y me dijo que su pequeño le habla constantemente de Anna y que incluso a la casa cuna le llama la casita de Anna (menuda es nuestra chica). Tiene hasta una foto de ella para que él pueda verla. Ya hemos acordado que en cuanto nuestros pequeños estén adaptados quedaremos para que se vean. Que suerte que nuestros hijos puedan mantener amistades de Rusia.
Llevamos fotos de cuatro niños de la misma casa cuna que los nuestros y que ya están con sus familias en España. Nos encanta hacerlo, porque podrán comprobar tanto las cuidadoras como la directora que no se equivocaban apoyando la adopción por esos papas. Todas las fotos muestran que los pequeños rebozan felicidad. ¡Enhorabuena familias por hacerlo tan bien!!!
Intentaré ir escribiendo estos días, con el objeto de retener milimétricamente cada recuerdo y poder transmitir a nuestros hijos cual era nuestra euforia y toda la felicidad que ya nos dan.
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