Los viajes los están organizando por parejas de familias, teniendo en cuenta que los niños estén en la misma casa cuna. Este aspecto me gusta bastante, ya que en el viaje de asignación no coincidimos con ninguna familia en Chitá (cruzarnos en el aeropuerto no cuenta) y la posibilidad de poder compartir la experiencia me parece buena. Sería genial que nuestros pequeños y el/los de esta familia fueran amiguitos y quién sabe, que una vez en España pudieran mantener la amistad. Esto nos ayudaría mucho con el respeto y mantenimiento de sus orígenes.
Ojala que como dice la nueva canción de Antonio Orozco, la suerte este cambiando. Así que le dedico esta canción que me encanta, por lo optimista, a todas las familias que hemos aprendido a esperar y esperar. Mis mejores deseos van por igual a las familias que aún esperan ver las caras de sus hijos por primera vez, a las que ya hemos conocido a nuestros hijos pero seguimos esperando y por supuesto a las que su espera les hizo tener a sus hijos con ellos.